Mi participación en "El sonido de las multitudes" (la instalación de Lola Arias, en el marco de su muestra "Doble de riesgo") consistió en realizar una serie de reversiones de cantos emblemáticos de la Plaza de Mayo, desde 1976 hasta 2016, y traducir a clave karaoke (con todas sus implicancias estéticas) esas melodías populares, ya muchas veces simplificadas o difusas, para luego realizar las animaciones de todas las pistas. Siempre es constructivo transitar un filo y esta no fue la excepción. Fue una gran muestra montada en el Parque de la Memoria, y fue tan entretenido como atroz colaborar en una obra que expone un contraste tal. Acá un fragmento:
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